La Defensoría del Pueblo advierte que, durante la primera ola de la COVID-19, la respuesta estatal fue insuficiente e inoportuna
15 de Enero de 2021 11:30 am
La Defensoría del Pueblo advierte que,
durante la primera ola de la pandemia de la COVID-19, la respuesta estatal fue
insuficiente e inoportuna, según el Informe Defensorial “Salud, derechos
humanos y Covid-19 en Bolivia”, elaborado con información obtenida en 38
establecimientos de salud entre febrero y noviembre de 2019.
“La respuesta estatal no fue oportuna
en cuanto a medidas de prevención y atención COVID-19, pues el primer caso se
presentó el 10 de marzo de 2020 y la ley nacional de acciones de prevención,
atención y tratamiento de pacientes con COVID-19 data del 1 de abril de 2020”,
indicó la Defensora del Pueblo, Nadia Cruz.
Para la
autoridad, la política de prevención contra la COVID-19, aplicada por la
anterior gestión de gobierno, generó temor en la población, pues convirtió la
protección de un bien jurídico, como es la salud pública, en un discurso que
justificaba la instrumentalización del derecho penal. Así, dijo, el resultado
fue la apertura innecesaria de 1.337 causas penales y el arresto de 50.824
personas.
También
alertó que la prevención contra la COVID-19 en el área rural ha tenido un
alcance limitado y que el Estado afectó y puso en riesgo la integridad, vida y
salud de las naciones y pueblos originarios campesinos. Asimismo, señaló que la
exclusión de los centros de salud de primer nivel generó un colapso en el
segundo y tercer nivel de atención.
El informe
defensorial también contempla una serie de recomendaciones a las autoridades
del actual gobierno, entre las que la Defensora destacó que se debe “incorporar
la Política de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI) a las medidas
de prevención y atención de la COVID-19 e incluir a los establecimientos de
primer nivel de atención en la prevención, atención y tratamiento de la
pandemia”.
También dijo que se debe modificar la
Norma Técnica de Procedimientos de Bioseguridad para la prevención del contagio
COVID-19, para incorporar medidas dirigidas a poblaciones altamente
vulnerables, particularmente a las naciones y pueblos indígena originario
campesinos.
“Hay que elaborar una normativa que se adecue a la
excepcionalidad para la adquisición de equipos de bioseguridad, mobiliario,
medicamentos, insumos, reactivos, equipamiento y la contratación de recursos
humanos para los establecimientos de salud”, enfatizó la autoridad.
Además, demandó que es necesario “dotar de
ventiladores para las UTIs a los establecimientos de salud de segundo y tercer
nivel de atención, bajo las características técnicas recomendadas por la OMS e
instancias científicas”
y garantizar la dotación y
distribución de oxígeno para el Sistema Nacional de Salud.
La Defensora indicó que se debe asegurar el abastecimiento de los
medicamentos para el tratamiento de COVID-19 en el mercado interno, así como
elaborar un protocolo de intervención para los rastrillajes a fin de uniformar
el objetivo y las acciones asumidas.
En las conclusiones del informe, también se establece que
el Ministerio de Salud, durante la primera ola de la COVID-19, no ha promovido
ni realizado estudios científicos para el uso de medios alternativos de
tratamiento de la COVID-19, lo que generó que la población use estos medios sin
una regulación necesaria y de manera indiscriminada.
Otro aspecto
que contempla el documento, es que en la gestión pasada hubo una falta de
regulación de los aranceles del subsector privado lo que ha vulnerado el acceso
a la atención de salud. Esa ausencia permitió que los actores privados,
amparados en una desigual libertad contractual, cometan abusos y
arbitrariedades al momento de aceptar o recibir pacientes que adolecían de este
virus.
Entre otras
de las recomendaciones, el informe aconseja que el Ministerio de Educación debe
incorporar dentro del currículo base la enseñanza de métodos y alternativas de
prevención de enfermedades a partir de la gestión educativa 2021. Señala que
los gobiernos autónomos municipales deben proveer a los hospitales de segundo y tercer nivel
de atención generadores de oxígeno para asegurar su abastecimiento, que deben
programar de manera oportuna y sostenible la búsqueda de personas contagiadas y
asegurar la disponibilidad y provisión oportuna de material e insumos de
bioseguridad.
La
Defensora también indicó que el Viceministerio de Comunicación debe
desarrollar, en coordinación con el Ministerio de
Salud, una estrategia comunicacional masiva para la generación e implementación
de campañas educativas e informativas de prevención, contención y tratamiento
de la infección.
También
señaló que es importante que la Asamblea Legislativa Plurinacional regule,
mediante ley, los límites máximos de aranceles para la prestación del servicio
de salud en el subsector privado de salud.