La Defensoría del Pueblo observa que grupos civiles intentan ejercer acciones exclusivas del Estado en el conflicto de K’ara K’ara
20 de Mayo de 2020 11:53 am
La Defensoría del Pueblo rechazó y expresó su preocupación por los anuncios públicos de grupos particulares o civiles como los de la denominada agrupación Resistencia Juvenil Cochala, que bajo el argumento de “proteger” a la ciudad de Cochabamba, intentan ejercer acciones de seguridad, control o negociación que son exclusivas del Estado.
La Defensora del Pueblo, Nadia Cruz, ante esta situación, demandó al
Gobierno central que, a través de los ministerios de la Presidencia y
Gobierno en cumplimiento de sus funciones señaladas en la Ley del Órgano
Ejecutivo, convoque a un diálogo dejando de lado la estigmatización y
el uso de información “parcial” respecto al contexto del conflicto.
Cruz,
asimismo, les recordó a los grupos movilizados en K’ara K’ara, que si
bien el derecho a la protesta está reconocido constitucionalmente, esta
protección no alcanza los actos de violencia o medidas que en este
momento de emergencia sanitaria ponen en riesgo la salud de la población
por el bloqueo al tratamiento de la basura. “Les exhortamos a ingresar a
un proceso de diálogo franco y consciente del momento que atraviesa
nuestro país”, manifestó.
La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), en su informe preliminar sobre los hechos ocurridos tras
elecciones en octubre de 2019, llamó al Estado boliviano a generar
medidas que permitan el cese de los actos violentos generados por
particulares, identificando que los mismos fueron permitidos por agentes
estatales (Policía Boliviana). Este organismo, identificó y resaltó, en
especial, la existencia de la Resistencia Juvenil Cochala como un grupo
“…armado y motorizado al que se ha señalado consistentemente de
participar en los desórdenes sociales ejerciendo control violento e
intimidación sobre amplios sectores de la sociedad, y afectando en
particular la integridad personal y la circulación de las personas”,
recomendando de forma expresa, que el Estado desarticule a todo tipo de
agrupación particular o civil que tenga la intención de generar
violencia dentro del territorio nacional.
La Defensora, también,
exhortó a las autoridades estatales a ser respetuosos de las vidas
cegadas en noviembre de 2019 en las denominadas masacres de Huayllani,
en Cochabamba y Senkata en El Alto, tomar en cuenta que ocurrieron en
contexto de intervenciones policiales y militares, cuyo juzgamiento
sigue siendo una deuda pendiente del Estado boliviano y que ya ha sido
exigida tanto por la CIDH, organizaciones internacionales de derechos
humanos, así como por la Defensoría del Pueblo, y no incurrir en
comparaciones o relacionamientos con el actual conflicto en K’ara K’ara.